...
Ahora estamos a kilómetros de distancia,
no nos reconocemos, hemos cambiado y somos otra vez unos desconocidos,
no podemos reflejarnos no vemos ningún espejo y por tanto ya ni nos
sentimos. Caminamos indiferentes en esta ciudad que odiamos y amamos
con tanto recelo, en esta ciudad alborotada, anoréxica, inhumana.
Pero
pronto, vas acercándote una vez más, vas recorriendo cada espacio que
creí mío y vas consumiendo cada parte de mi alma, cada vez más rápido,
cada vez más cerca ¡¡cada vez menos distancia!! Ya no hay espacio, ni
siquiera otro camino: estás junto a mi boca y al sentir tu aliento
caigo nuevamente destrozada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario